Familiares y vecinos, irrumpieron en el hospital Juan Domingo Perón para realizar el operativo de darle ellos mismos sepultura al hombre.
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Una familia fue imputada en Tartagal (Salta) luego de que se robara el cuerpo de un hombre, sospechado de coronavirus, para bañarlo y velarlo. Las personas violaron todas las medidas sanitarias de la provincia para llevarse el cadáver.

El difunto llamado Ramón Juárez, de 69 años, murió en el Hospital Juan Domingo Perón. Tras la negativa de las autoridades del centro de salud que se negaban a entregar el cuerpo por razones protocolares, unas 20 personas se lo robaron para despedirlo en su casa.


Los familiares contradijeron a los médicos: aseguraron que el hombre no tenía coronavirus y adujeron que decidieron retirar el cuerpo porque en el centro asistencial pensaban quemarlo. "Mi papá se murió por un problema cardíaco. Cinco minutos me quería despedir de él, nada más. Rogué, lloré y clamé que me dejaran, pero se hicieron los malos con nosotros", dijo la hija del hombre.

El gerente del centro de salud, Juan Ramón López, dijo: "Tenía un cuadro de insuficiencia respiratoria, un síntoma clínico vinculado con COVID-19 hasta que se demuestre lo contrario. Y no es un criterio u opinión de esta gerencia, sino que es una medida protocolar propia de la pandemia".

"Es totalmente comprensible el dolor de la familia, pero en este momento los protocolos deben ser más estrictos que nunca". subrayó López. Sin embargo, denunció que "la actitud de esta gente no fue de dolor, sino de violencia: amenazaron al personal y se comportaron de forma patoteril".

El médico afirmó: "Ingresaron a la morgue, cargaron el cuerpo (estaba enfundado en una bolsa) en una camioneta particular y se lo llevaron a su casa. En el domicilio lo bañaron, lo cambiaron y velaron".