Los residentes de Nagorno Karabaj están abandonando en masa las tierras que se transferirán a Azerbaiyán en el marco de los establecido por el armisticio entre Ereván y Bakú.
REUTERS / Lusi Sargsyan/Photolure
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Al salir, los habitantes locales no solo se llevan todas las cosas posibles, sino que también desmontan e incluso queman sus casas para que no queden en manos del enemigo.


Los edificios en llamas se ven por todas las regiones de Lachin, Kalbajar y Agdam.

Las carreteras de Nagorno Karabaj hacia Armenia están llenas de autos, los civiles se van junto al ejército.


Algunos comentan que abandonan sus tierras porque "no hay futuro" para ellos allí.

Un armisticio "sin alternativas", pero que levanta ampollas

En la propia Armenia, no cesan las protestas contra el acuerdo de paz firmado con Azerbaiyán. La oposición ha sabido aprovechar la situación y abrir un nuevo frente de combate, ahora político, contra el primer ministro, Nikol Pashinián.

Al grito de "¡Traición!", en Ereván, la capital de Armenia, varios miles de personas reclamaron la renuncia de Pashinián, a quien acusan de haber entregado territorios históricamente poblado por armenios al enemigo.


La Policía ha detenido a diez figuras de la oposición "por promover manifestaciones violentas", después de que el pasado 9 de noviembre cientos de manifestantes invadieran la sede del Gobierno y el Parlamento.

Pashinyan comentó una vez más su decisión de firmar una declaración trilateral sobre Karabaj, que generó duras críticas en la sociedad.
"Podemos romper este documento y tirarlo, pero tenemos que pensar en las consecuencias. Si hacemos esto, entonces volveremos al estado de cosas que existía antes del 10 de noviembre, es decir, a la guerra. Necesitamos entender cuáles serán las consecuencias", dijo Pashinyan.
En sus palabras, la capital de Karabaj, Stepanakert, estaba totalmente indefensa ante el avance de las tropas azeríes. Después de su captura, habrían caído también Askeran como Martakert, otras ciudades importantes de la región. Como resultado, habrían quedado bloqueados entre 20.000 y 30.000 soldados armenios que estaban en la línea del frente, afirmó el primer ministro.

Las fuerzas pacificadoras rusas toman control

Mientras tanto, Rusia, mediador en el acuerdo de paz, ha iniciado el despliegue de sus fuerzas pacificadoras en la región.

En las últimas 24 horas, el Ministerio de Defensa ruso ha enviado 20 aviones con fuerzas de paz a bordo. Cientos de soldados y varios helicópteros han llegado a Stepanakert para alistarse a los diez puntos de observación a lo largo de la línea de contacto entre las partes. En el marco del acuerdo, Rusia ya procedió al envío de unos 1.960 militares, 90 transportes blindados y 380 medios técnicos que se desplegarán en la línea de separación entre las partes beligerantes y a lo largo del llamado corredor de Lachín, que conecta Nagorno Karabaj con Armenia.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, firmó un decreto sobre la creación de un centro que brindará asistencia humanitaria a Nagorno Karabaj.
"Con el fin de contribuir a la solución de los problemas humanitarios y la recuperación de la infraestructura civil en Nagorno Karabaj, decreto crear el Centro institucional de respuesta humanitaria", dice el documento publicado por el servicio de prensa del Kremlin.
El nuevo organismo ayudará ante todo a los ciudadanos que se vieron obligados a abandonar Nagorno Karabaj a volver a sus hogares, señala el documento. Además, el centro asistirá a Armenia y Azerbaiyán con respecto a la "restauración de la infraestructura civil" en la zona y la "creación de condiciones para la vida adecuada de su población".