En el momento del arresto del ex director del FMI, el presidente de Francia estaba en compañía del jefe de seguridad del grupo hotelero Accor, dueño del Sofitel donde se alojaba DSK.

sarkozy strauss kahn
© AP
El silencio primero y las contradicciones después en torno a cuándo y por boca de quién se enteró Nicolas Sarkozy de que su rival más temido de cara a las próximas elecciones presidenciales -mayo de 2012 - alimentan las suspicacias en torno al caso que comprometió la carrera política de Dominique Strauss Kahn (DSK) y lo obligó a renunciar a la titularidad del Fondo Monetario Internacional, según afirma el diario Le Monde.

El periódico francés intenta una reconstrucción de lo sucedido en la noche del sábado 14 al domingo 15 de mayo pasado en el entorno del presidente Sarkozy, mientras DSK era denunciado por ataque sexual e intento de violación de una empleada del hotel donde se alojaba en Nueva York y posteriormente detenido en el aeropuerto Kennedy de esa ciudad.

En un primer momento, el Eliseo, sede de la presidencia francesa, dijo que Sarkozy se había enterado durante el desayuno, pero ahora una nueva versión sostiene que fue despertado a las 2 de la mañana del domingo (hora de París) para ser impuesto de los acontecimientos. Pero esta nueva precisión tampoco aventa las sospechas de un conocimiento previo del hecho, considerando dónde y con quién estaba el primer mandatario francés unas horas antes.

El sábado 14 de mayo a las 22:52 concluía en el Stade de France el partido que enfrentaba a Lille con el Paris Saint-Germain. Nicolas Sarkozy, con algunos de sus ministros, pero también con la secretaria general del Partido Socialista, Martine Aubry, amiga de DSK, estaban presentes en el palco presidencial. Otro invitado: Jo Querry, el responsable en París de la seguridad del grupo Accor, dueño del ya célebre Sofitel de Nueva York, de donde DSK se había retirado al mediodía, 18:28 hora de París.

A las 22:52, cuando Sarkozy entregaba la copa del torneo al capitán del Lille, hacía pocos minutos que DSK había sido arrestado en el aeropuerto Kennedy. Es decir, habían pasado ya unas cuatro horas como mínimo desde que la dirección del Sofitel había tomado conocimiento de la denuncia de la mucama y había decidido llamar a la policía.

Martine Aubry dijo más tarde a los periodistas que vio al presidente con un semblante de preocupación, muy activo en su blackberry. Fuentes del Eliseo consultadas por el diario afirman que esto es "ridículo", que Sarkozy "siempre es así". Querry por su parte le aseguró a Le Monde que en el Stade de France "ni él ni nadie podían todavía saber" lo ocurrido.

Según Querry, recién a las 23:45 hora de París, el gerente del hotel neoyorquino avisó del caso DSK a la guardia del grupo en París y fue de allí que le avisaron a él. "Sucede algo increíble. DSK habría tenido una historia sexual con una de nuestras empleadas", habría sido la frase que escuchó el jefe de seguridad. De inmediato llamó a Ange Mancini, coordinador de Inteligencia del Eliseo. Más tarde, le fue reprochado a Querry no haber seguido el circuito diplomático correcto; es decir, llamar primero al ministerio del Interior, al director de cooperación Internacional, Emile Perez.

Hacia la medianoche, Mancini alerta al director del Gabinete presidencial, Christian Frémont. Como éste se muestra incrédulo, Jo Querry reenvía a la presidencia el mail del gerente del Sofitel. Aquí, las versiones divergen. Según unos, Frémont dijo: "No se despierta al presidente"; según otros, hacia las 2 de la madrugada, cuando del otro lado del Atlántico, el tema ya era tapa de los diarios New York Post y The New York Times, Nicolas Sarkozy fue despertado e informado de la novedad. Lo que, como se dijo, contradice la primera versión del Eliseo, que lo supo "a la mañana, a la hora del desayuno".

La excesiva discreción inicial de la presidencia francesa alentó la idea de un "complot", sobre todo entre los dirigentes del Partido Socialista que no dudaron en expresar en voz alta sus dudas sobre el papel jugado por "oficinas francesas". Al punto que el grupo Accor se vio obligado a "desmentir formalmente las alegaciones" sobre una manipulación.