Cerca de 700 oficiales y generales de la Policía egipcia han sido destituidos por las múltiples infracciones cometidas durante la última época de Hosni Mubarak en el poder y muchos de ellos, por el asesinato de manifestantes opositores al régimen. De hecho 37 de los ya ex agentes están siendo procesados por asesinato, según informan los medios de comunicación egipcios.
Entre los generales despedidos figuran diez asistentes del Ministerio y ocho directores de seguridad, precisó el ministro del Interior de Egipto, Mansur al-Esawi. Con esta decisión las autoridades pretenden cumplir con las exigencias de una nueva ola de protestas en la céntrica plaza capitalina de Tahrir y en otras ciudades principales. Una semana antes, cuando la limpieza de los órganos del orden ya estaba decidida, el propio titular indicó en una alocución televisada que su objetivo sería recobrar la confianza de los ciudadanos y restablecer la seguridad, tal y como exigían los grupos promotores de la revolución.
Al mismo tiempo una nueva manifestación en Tahrir exigió la salida del jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, Mohammed Hussein al-Tantawi, quien llegó al poder luego de la renuncia de Hosni Mubarak. Alegan que da largas a los procesos judiciales contra los 'cómplices' del ex presidente, quienes fueron responsables de la supresión de los mítines populares y también del atraso de las reformas económicas y políticas.
Sin embargo, hace dos días el que fuera primer ministro hasta comienzos de febrero pasado, Ahmed Nazif, también ex militar, fue condenado a un año de prisión por malversación de fondos públicos, aunque la pena está suspendida de cumplimiento por un periodo de tres años. Otro juzgado le condenó a 5 años de encarcelamiento por la represión contra los opositores al antiguo ministro del Interior, Habib al Adli, ya condenado en mayo a 12 años de cárcel por blanqueo de dinero y enriquecimiento ilícito. La máxima condena entre los miembros del antiguo gabinete de Mubarak la afronta el ex ministro de Finanzas, Yusef Butros Gali, sobrino del ex secretario general de la ONU, que fue condenado en ausencia a entre 10 y 30 años de prisión por distintos cargos, entre los cuales destacan tráfico de influencias, abuso de autoridad y enriquecimiento ilícito.
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