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La Unión de Uniones rechaza de forma rotunda la posibilidad que la empresa italiana Transactiva cultive arroz modificado genéticamente en el término municipal de Vinaròs (Castellón). El permiso final depende del Comité Valenciano de Control de Organismos Genéticamente Modificados, previa evaluación de la Comisión Nacional de Bioseguridad, que al parecer ya ha dado su visto bueno.

Esta empresa quiere cultivar allí de forma experimental y al aire libre arroz para la producción industrial de la enzima recombinante ácido glucosidasa en la sustitución enzimática de la terapia de la enfermedad de Gaucher. Sin embargo, ya hay tratamiento para esa enfermedad y las enzimas humanas necesarias se obtienen en espacios confinados como son los laboratorios.

La Unión asegura que en el caso de que se le conceda finalmente autorización a esta firma comercial para cultivar arroz transgénico se plantea iniciar acciones de protesta. Esta organización profesional agraria considera que existen ya varios casos de cultivos experimentales de transgénicos que han terminado contaminando la cadena alimentaria, especialmente el arroz. Estos casos han supuesto la ruina para el sector arrocero afectado -como ha sido el caso de Estados Unidos- y gravísimas consecuencias comerciales.

Hay que recordar que el municipio de Vinaròs está situado a apenas 15 kilómetros del Delta del Ebro, por lo que las hibridaciones y contaminación subsidiaria serían inevitables. Del mismo modo hay que significar que en la Comunitat Valenciana existe una importante producción de arroz, que podría verse también afectada.

La Unión cree que esta solicitud de experimentación es "puramente comercial" porque en Italia -país de origen de Transactiva SRL- existe una moratoria general para la realización de ensayos experimentales en campo con Organismos Modificados Genéticamente, lo que explicaría el interés de llevarlo a cabo en la provincia de Castellón.