violencia infantil
© Redacción/SIPSEUn niño que sufre de violencia, tiene una sintomatología que se identifica claramente: está deprimido, puede aislarse o puede asumir una actitud violenta y agresiva con los demás
Ya sea psicológica o física, alarma la frecuencia con que se presentan los casos de maltrato contra un menor.

El abuso sexual, violencia familiar y bullying son los principales problemas que están enfrentando los infantes en la actualidad, indicó la psicóloga Evelyn Parra Sánchez. De unos años a la fecha la depresión infantil se ha vuelto una constante dentro de los casos de psicología.

"Hace varios años no se veían los intentos de suicidio, o inclusive a dañarse físicamente, lo que ahora se conoce como el cutting", señaló.

Indicó que a la semana en la coordinación de Psicología del DIF de Benito Juárez se atienden en promedio entre 60 y 80 infantes desde los cuatro hasta los 12 años, en varios grupos de acuerdo a la edad y a la problemática.

Si bien las tres las problemáticas o factores mencionados son las más comunes, los menores también pueden verse afectados cuando hay consumo de alcohol o de drogas.

Pero hay una combinación que llega a "reventar" al menor o a desencadenar consecuencias en el infante, y es la violencia familiar, que provoca el destape de la depresión infantil.

Regularmente en la escuela es donde más se detectan estos problemas en los infantes, porque empiezan por presentar problemas de conducta y una disminución en sus calificaciones.

En el caso de un niño que sufre de violencia, tiene una sintomatología que se identifica claramente, como el hecho de estar deprimido y aislarse o puede asumir una actitud violenta y agresiva con los demás, manifestó Parra Sánchez.

Los pequeños muestran signos de depresión, además de la sintomatología ya mencionada se vuelven apáticos o con una actitud pasiva. En ocasiones hasta asumen un carácter irritable, pierden el apetito y llegan inclusive hasta no tener un control de sus esfínteres.

Los menores de edad que son víctimas de bullying, se resisten a acudir a la escuela, porque son sometidos tanto a violencia psicológica como a violencia física, la cual no llegan a comentar a sus padres, porque viven con temores.

Por ello instó a los padres de familia a que ante cualquier irregularidad en el comportamiento de sus hijos, los brinden ayuda psicológica de un profesional, para que el o los padecimientos del menor, no se agraven.