Imagen
© Afp
Unos "terroristas entrenados en el extranjero" están detrás de los ataques en Xinjiang que dejaron un total de 19 muertos el pasado fin de semana, anunció la agencia oficial Nueva China citando fuentes gubernamentales.

Catorce personas murieron en ataques con arma blanca realizados por unos uigures, minoría musulmana y de habla turca de Xinjiang (noroeste), y las fuerzas del orden mataron a cinco agresores en la ciudad de Kashgar, según fuentes oficiales.

"Xianjiang, donde vive una minoría uigur, y otros grupo étnicos, está bajo la amenaza terrorista", aseguró la agencia de noticias oficial.

Las autoridades de Xianjiang confirmaron el domingo a la AFP que siete personas habían perdido la vida y 28 resultaron heridas el sábado en otro ataque con arma blanca perpetrado por dos uigures en Kashgar.

Según la página gubernamental www.tianshannet.com, dos desconocidos robaron una camioneta detenida en un semáforo en rojo en una calle animada de un mercado nocturno. Los asaltantes mataron al conductor y dirigieron posteriormente el vehículo hacia la multitud, que se encontraba en las aceras.

Los dos hombres descendieron de la camioneta y apuñalaron a los transeúntes causando seis muertos y 28 heridos, hasta que la multitud se defendió y llegó a matar a uno de los agresores.

Un portavoz de la región, Hu Hanmin, precisó que los dos hombres eran uigures y anunció que el superviviente fue detenido.

Estos disturbios tuvieron lugar menos de dos semanas después de los últimos altercados, el 18 de julio, que dejaron 20 muertos en la ciudad de Hotan, también situada en Xinjiang, una región autónoma con población musulmana cercana a la frontera con Kirguistán que el gobierno comunista intenta controlar desde hace años.

Más de ocho millones de uigures viven en Xinjiang, muchos de los cuales llevan décadas denunciando la represión cultural y religiosa a la que se ven sometidos, así como a la inmigración masiva de hans, la etnia mayoritaria en China.

La capital de Xinjiang, Urumqi, fue sacudida en julio de 2009 por una serie de enfrentamientos entre uigures y hans que dejaron al menos 200 muertos y unos 1,700 heridos, según fuentes oficiales, aunque los exiliados de la minoría étnica aseguraron que el número de muertos fue superior.