Un perro entrenado para detectar plagas fue desplegado en el aeropuerto de Incheon, en Corea del Sur, para recibir a los atletas y ciudadanos que viajaron a los Juegos Olímpicos de París, que concluyeron el 11 de agosto.
Chinches bedbugs
© Cortesía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Su nombre es Ceco, un beagle de dos años que se encargará de que los surcoreanos vuelvan a casa sin polizones indeseados.

Entrenado especialmente para detectar chinches, se trata del único perro rastreador en el país asiático, capaz de barrer una habitación de hotel en menos de dos minutos, a decir de la empresa de control de plagas para la que trabaja el canino.

"Ceco tiene un área cerebral para detectar el olor de feromonas específico de las chinches que es aproximadamente 40 veces más grande que [en] los humanos, por lo que la precisión en la localización de chinches basándose en el olor es superior al 95%", dijo un portavoz de la compañía.

El cuádrupedo y sus entrenadores permanecerán en el aeropuerto hasta el 8 de septiembre.


Poco antes del despliegue del animal, un funcionario surcoreano dijo que "mientras la comunidad internacional se reúne en París, Francia, con motivo de los Juegos Olímpicos de Verano de 2024, existe la posibilidad de que las chinches ingresen al país después del evento", informó The Times.
"Por lo tanto, estamos tomando una respuesta preventiva para interpectar la entrada a través del Aeropuerto Internacional de Incheon, que es la principal puerta de entrada al país", añadió el funcionario.
En los meses previos a la realización de los Juegos Olímpicos de París 2024, una plaga de chinches se propagó por la capital francesa. Los insectos fueron encontrados no solo en los hogares de los residentes comunes, sino también en hospitales, cines y bibliotecas, así como en el transporte público.

Según la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria, Medio Ambiente y Salud Laboral francesa, las chinches se infiltraron en uno de cada diez hogares en los últimos años. Entre 2017 y 2022, los franceses gastaron 230 millones de euros cada año para deshacerse de los parásitos.