Traducción y edición por Ciencia Kanija© NASA
Los científicos han creído desde hace mucho tiempo que, sin nuestra Luna, la inclinación de la Tierra variaría mucho con el tiempo, de cero grados, donde el Sol permanece sobre el ecuador, a 85 grados, donde el Sol brilla casi directamente sobre uno de los polos.
La estabilidad de un planeta tiene un efecto en el desarrollo de la vida. Un planeta que se vea moviéndose sobre su eje conforme orbita al Sol experimentaría grandes fluctuaciones en el clima, lo cual podría potencialmente afectar a la evolución de la vida compleja.
Sin embargo, nuevas simulaciones demuestran que, incluso sin Luna, la inclinación del eje de la Tierra - conocida como oblicuidad - variaría sólo unos 10 grados. La influencia de otros planetas del Sistema Solar podría haber mantenido estable a una Tierra sin Luna.
El efecto estabilizador que nuestra gran Luna tiene sobre la rotación de la Tierra, por tanto, puede no ser tan crucial para la vida como se pensaba anteriormente, de acuerdo con un artículo de Jason Barnes de la Universidad de Idaho y sus colegas, que se presentó en una reciente reunión de la Sociedad Astronómica Americana.