"No me asusto fácilmente, pero esto que nos pasó fue aterrador", recuerda una tarde de octubre el patrón de embarcaciones David Smith cuando lo que al principio parecían delfines rodearon su barco.
Rápidamente se hizo evidente que eran animales mucho más grandes que los delfines. Y se estaban comportando de manera muy extraña.
"Los miré y vi que eran de color negro azabache y blanco brillante".
Durante unas dos horas, un grupo de orcas embistió la parte inferior de su yate que navegaba frente a la costa de Portugal.
"Fue continuo", dice. "Creo que había seis o siete, parecía que los más jóvenes eran los más activos.
Parecían ir a por el timón. La rueda giraba muy rápido cada vez que había un impacto", cuenta David, que se dedica a llevar a sus dueños barcos recién comprados.
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