Luego de haber puesto en la presidencia de la República sucesivamente un agente de la CIA y un lacayo de Qatar,
los franceses vuelven a dejarse engañar - por tercera vez - , y en esta ocasión el engaño viene de un producto de la influencia israelí. Aún creen haber ahuyentado el espectro del fascismo votando por un candidato que goza del
respaldo de la OTAN, de los Rothschild, de todas las grandes empresas de la Bolsa de París y de los grandes medios de prensa. Lejos de darse cuenta de su error, todavía se hallan bajo los efectos de una hipnosis, de la que probablemente no saldrán hasta el fin de las próximas elecciones legislativas.
Inmediatamente después del anuncio de su victoria electoral, el presidente democráticamente electo de la República Francesa pone distancia entre el pueblo y él. Rechazando todo baño de multitudes, Emmanuel Macron cruza, ostentosamente solo, la explanada del Louvre bajo la mirada de sus partidarios.
El equipo del ahora presidente electo de Francia, Emmanuel Macron,
logró poner a los franceses en estado de hipnosis. Con ello impuso la elección - con dos tercios de los votos válidos - de un hombre de sólo 39 años,
cuyo partido fue creado en internet hace casi exactamente un año, y que nunca antes se había presentado a ninguna otra elección.
Comentario: Esta simple explicación es la más lógica y, tal vez, la más acertada acerca de todo lo que ocurrió en Siria.