Realmente no sabía cómo me sentía acerca de la elección presidencial de EE.UU., hasta un día antes, cuando pensé que Hillary realmente podría ganar. Fue un sentimiento pesado y de estrés. No es fácil explicar todo lo que informó ese sentimiento, y dudo que una larga respuesta bastara para convencer a un ardiente «progresista». Los temas en los que Clinton ha desempeñado un papel de liderazgo incluyen una programación social intensiva y montañas de mentiras de los medios de comunicación, del Departamento de Estado y de aquellos que repiten sin pensarlo sus puntos de conversación."Nuestra primera dama... es una mentirosa congénita."
Muchos progresistas han expresado (y siguen expresando) su conmoción por la forma en que Trump podría haber ganado. Para ellos, Trump representa todo lo que está mal con nuestro mundo. A sus ojos es un homófobo, racista, xenófobo y sexista que saca lo peor de la gente. Pero el mundo no es tan blanco y negro como se presenta a menudo. Se necesita un sincero deseo de descubrir la verdad, y eso incluye echar un vistazo a nuestras creencias de larga data, lo que lleva tiempo y requiere un sincero esfuerzo para entender el mundo. Se requiere considerar seriamente la posibilidad de que estemos equivocados, que no tengamos el cuadro completo, y que quizás nuestras opiniones firmes no estén tan justificadas como pensamos. Eso es difícil.
Las maneras por las que Hillary Clinton habría sido mucho más destructiva que Trump son innumerables. Ha estado involucrada en más escándalos durante su vida pública que (casi) cualquier otro político estadounidense (¡y eso dice mucho!). Estuvo el
Whitewater, el
Travelgate, el
Filegate, el
Chinagate, la
misteriosa muerte de Vince Foster,
los lazos de su ayudante Huma Abedin con la Hermandad Musulmana y
Benghazi. Luego los correos electrónicos que dieron lugar a decenas de escándalos que involucraron
el envío de material clasificado en servidores sin seguridad, el
fraude electoral de la DNC, la obtención de
preguntas del debate presidencial de la CNN, los donantes de la Fundación Clinton que obtuvieron acceso
especial al Departamento de Estado y
millones de millones donados por patrocinadores de terroristas como Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Ah, y en caso de que tuviera la suerte de olvidar, está esa cosa espeluznante de la
"cocina de espíritu" que involucra a los Podestas. La lista
sigue y sigue, pero incluso estos signos de profunda corrupción no describen lo peor de Hillary Clinton.
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