Fuego en el Cielo
El sistema solar consta del Sol, ocho planetas, más de 170 lunas y un incontable número de asteroides, meteoroides y cometas. La mayoría de los asteroides están localizados entre Marte y Júpiter. Sin embargo, cada vez se descubren más asteroides con órbitas cercanas a la de la Tierra.
Como estos asteroides pueden ser del tamaño de un autobús, una casa, o un parque de pelota ("baseball"), un encuentro sería catastrófico. Por ejemplo, se cree que un asteroide de 6 millas de ancho provocó la extinción de los dinosaurios. En el año 1908 otro asteroide explotó al hacer contacto con la átmosfera en Rusia, destruyendo cientos de millas a la redonda.
Un reporte del Consejo Nacional de Investigación de los Estados Unidos describe el progreso de la búsqueda de los amenazantes asteroides. El reporte indica que la NASA ha hecho un buen trabajo en detectar asteroides de más de 800 metros de diámetro. Sin embargo, encontrar asteroides medianos de entre 200-800 metros de largo o más ha sido un reto.
El reporte recomienda que para lograr la meta de descubrir el 90% de estos asteroides antes del año 2020, se necesita más presupuesto, así como telescopios terrestres y en órbita. Si la prioridad es ahorrar dinero, se pueden usar telecopios terrestres solamente, pero la meta del 2020 no se va a alcanzar.
Según Panasiuk, los científicos descubrieron diferentes tipos de descargas eléctricas en las capas superiores de la atmósfera no relacionadas con tormentas. Además, esta radiación en el espacio cósmico fue observada en regiones sin nubosidad. Los expertos no han llegado a una conclusión determinada sobre las razones de su aparición. Es posible que las ráfagas hayan sido la consecuencia de la ionosfera de la Tierra turbulente.
Aparte de eso, el equipo técnico del satélite detectó un fenómeno desconocido, o sea, brotes de energía débiles registradas sobre toda la superficie de la Tierra. Como explicó el científico, brotes de este tipo más fuertes normalmente se concentran encima de los continentes como rayos durante tormentas.
Comentario: La ciencia oficial permanece con obstinación negando la Teoría del Universo Eléctrico. Esta teoría explica muchos fenómenos a los que las teorías oficiales no le encuentran explicación alguna.
Le recomendamos al lector interesado la lectura de:
- ¿Por qué "universo eléctrico"?
- Geología: Más pruebas del Universo Eléctrico
- Los rayos de los dioses: El Universo Eléctrico
El descubrimiento del asteroide 2011 SF108 fue realizado por el equipo voluntario de seguimiento de asteroides en el Observatorio del Teide (TOTAS por sus siglas en inglés) durante un periodo de observación patrocinado por el por el programa de conocimiento de situación espacial de la ESA (SSA) en septiembre pasado. Esta observación abarcó cuatro días desde la Estación Óptica Terrestre que la ESA tiene en el Observatorio del Teide.
Este no es el primer asteroide encontrado bajo el patrocinio de la SSA, pero es la primera vez que se califica como un "objeto cercano a la Tierra": un objeto que pasa lo suficientemente cerca en su órbita alrededor del Sol como para plantear una amenaza de impacto. Con todo, la órbita del asteroide 2011 SF108 no pasa a menos de unos 30 millones de kilómetros de la Tierra, una distancia segura.
Durante las observaciones de TOTAS, el telescopio funcionó de acuerdo a unas pautas automatizadas para buscar asteroides durante varias horas usando un software desarrollado por el astrónomo aficionado y científico Matthias Busch desde el Observatorio Amateur Starkenburg, en Heppenheim, Alemania. Sin embargo, los avistamientos de asteroides potenciales deben ser evaluados en último extremo por ojos humanos.
Al hacer las pruebas, el experto de nombre Carion identificó que el origen de los daños y la misteriosa materia era un meteorito de 3,5oz que se cree que tiene unos 4570 millones años de edad.
Los meteoritos no son exactamente un hecho cotidiano como es el granizo, pero el meteorito Comette es en realidad el primero de su tipo comparado con los que ya se han encontrado en diferentes ocasiones en el área metropolitana de París.
Durante los últimos 400 años, sólo alrededor de 50 meteoritos han caído a la Tierra en Francia, aunque sean muy pocas las veces que escuchamos noticias como esta.
Hasta ahora, el llamado límite K-T, como se llama a los sedimentos el fin del Cretácico, se estudiaba como el momento en el que los mamíferos se hicieron con el control, con tan escasa biodiversidad botánica que proliferaron las plantas acuáticas oportunistas.
Sin embargo, aunque los sedimentos inmediatamente superiores al impacto del meteorito tienen pocos fósiles animales, los investigadores de Colorado, y especialmente la geóloga Karen Chin, han encontrado pruebas de que había muchas madrigueras en estos escasos centímetros. "Esas madrigueras fosilizadas son la prueba de que hubo actividad animal y mucha, porque son numerosas", apunta Chin quien sugiere que las hicieron los gusanos.
Aún están analizando la relación entre las madrigueras y la extinción masiva, pero Chin cree que se hicieron tan sólo unos miles de años después, algo que tendrán que confirmar futuras investigaciones.
La sonda Dawn de la NASA, el primer ingenio humano en entrar en órbita de un asteroide, ha obtenido unas impresionantes imágenes de la superficie de la gigantesca roca espacial Vesta, en las que puede contemplarse una montaña tres veces más alta que el Everest. El pico se eleva 22 kilómetros sobre la media del terreno circundante, en mitad del polo sur del asteroide. Las fotografías de la nave son tan cercanas, que parece imposible pensar que ese extraño paisaje se encuentra tan lejos, a 2.700 millones de kilómetros de la Tierra, entre las órbitas de Marte y Júpiter.
La montaña es realmente espectacular, equiparable al Monte Olimpo de Marte, el mayor volcán del Sistema Solar, que se eleva unos 25 kilómetros, pero no es el único accidente geográfico que destaca en las imágenes de Vesta. Además, existe una gran escarpa, un acantilado con una pendiente pronunciada, parecida a un risco, en la parte derecha de la imagen, cuya resolución es de 300 metros por píxel. Los científicos creen que la cresta es el resultado de deslizamientos en el terreno.
La potencia destructora de éste asteroide es equivalente a 4.000 tonladas de TNT.
Suponiendo que la gravedad terrestre lo desviara hacia nosotros e impactara contra la Tierra y tuviera la densidad media (de los asteroides), provocaría una explosión de 4 kilotones en la atmósfera de la Tierra, ha explicado Don Yeomans, director de la Oficina del Programa de Objetos Próximos a la Tierra (NEO) en el JPL.
No acabaría nosotros, pero podría causar daños localizados gravísimos.
Las variaciones de la actividad del Sol tienen un impacto en la meteorología, en especial del hemisferio norte, y la inclusión de este fenómeno en los modelos climáticos podría mejorar las predicciones sobre el calentamiento global, sugiere un estudio publicado ayer en Nature Geoscience.
Según numerosos expertos, esta variación que sigue un ciclo de unos 11 años, sería junto a los volcanes una de las principales fuentes naturales del cambio climático, en paralelo con el calentamiento provocado por las actividades humanas.
Pero por falta de instrumentos adaptados, el vínculo entre el ciclo solar y la meteorología no ha sido formalmente demostrado.
Comentario: Aunque este artículo desliza tíbiamente alguna pista interesante sobre un tema "maltratado" deliveradamente por la ciencia oficial, le sugerimos al lector interesado la lectura de los siguientes artículos:
- El calentamiento global y la corrupción de la ciencia
- La próxima Era de Hielo
- Avizoran nueva era de hielo
- Olvídense del calentamiento global: ¡Estamos a un paso de la extinción!
El fenómeno fue registrado por los sistemas de detección de Madiedo, profesor de la UHU · Pudo desintegrarse en la Sierra de Huelva, sur de Badajoz o el sur de Portugal
Desde diferentes puntos de la geografía onubense, ciudadanos contemplaron atónitos cómo una bola de fuego atravesó el cielo de Huelva. El acontecimiento tuvo lugar el pasado miércoles, sobre las 21:48. Se trata de una roca que al impactar contra la atmósfera terrestre a gran velocidad (varios cientos de miles de kilómetros por hora) se fue desintegrando originando este curioso y llamativo fenómeno al que los astrónomos denominan bólido.
La bola de fuego se pudo ver en lugares como Huelva, Salamanca, Sevilla y Toledo. Su paso fue registrado por los sistemas de detección con los que opera el profesor de la Universidad de Huelva, José María Madiedo, que son capaces de detectar cualquier fragmento procedente del espacio que impacte contra la atmósfera de nuestro planeta, "incluso si estos son tan pequeños como un grano de arena, determinando incluso su composición química", asegura el astrónomo.
Los científicos descubrieron que el agua de los océanos tiene la misma composición que el hielo hallado en un cometa identificado como 103P/Hartley2, de la familia de Júpiter con origen en el cinturón de Kuiper, cuerpos de cometa fuera de la órbita de Neptuno.
Para llegar a esta conclusión, Hartogh y su equipo -entre ellos la venezolana Miriam Rengel- determinaron la proporción de deuterio o hidrógeno pesado en el agua del cometa. "El 103P/Hartley2 lo tiene en proporciones similares que el agua de los océanos de la Tierra. Como conclusión, más agua de lo que se pensaba pudo proceder de los cometas", afirmó Hartogh.
Comentario: Para el lector interesado en este tema y en busca de una visión consistente con los hechos, libre de intereses particulares, y sin compromisos con teorías oficiales, sugerimos la lectura de la serie "Cometas y Catástrofes" empezando por el primer artículo de esta colección:
Olvídense del calentamiento global: ¡Estamos a un paso de la extinción!
Al final de cada artículo se encuentra un vínculo al siguiente artículo de la serie.