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La tormenta obligó a cerrar el aeropuerto JFK de Nueva York y el Newark de Nueva Jersey. Hay estado de emergencia en Massachussets.
Estados Unidos está en alerta ante la gran tormenta que entró ayer por el este del país y que, al parecer, impactará con toda su fuerza en las próximas horas. Las autoridades decretaron el estado de emergencia y dos de los principales aeropuertos del país, el JFK de Nueva York y el Newark de Nueva Jersey, se vieron obligados a cerrar esta madrugada. Además, las condiciones meteorológicas obligaron a suspender cerca de 1.500 vuelos en la costa este, impidiendo a millones de pasajeros regresar a sus casas tras las vacaciones de Navidad.
Las nevadas están azotando con especial virulencia la ciudad de Nueva York, donde antes del cierre del JFK se habían cancelado ya más de un millón de vuelos en este aeropuerto y en el de La Guardia. El Servicio Meteorológico Nacional señaló que las condiciones para viajar son "extremadamente peligrosas" debido a la nieve y a los vientos de hasta 70 kilómetros por hora que se esperan hoy. Además, advirtó que es posible que se produzcan "cortes de electricidad debido a la intensidad de la tormenta, ya que los fuertes vientos y el peso de la nieve pueden tumbar algunas líneas".
El temporal afecta a la mayor parte de la costa este de Estados Unidos, por lo que varias aerolíneas anunciaron cancelaciones en varios de estos destinos. American Airlines suspendió 393 vuelos, la mayoría entre Washington y Boston; Continental Airlines, unos 265, y Delta Airlines anuló cerca de 850, según portavoces de estas compañías. Millones de viajeros permanecen varados en los aeropuertos y en las rutas del país, donde la situación también se complicó, en una de las jornadas más intensas de traslados que se viven a lo largo de todo el año en Estados Unidos, ya que corresponde a la vuelta a casa tras el receso de Navidad.