Los ecosistemas y las fuentes naturales de Sudán se están deteriorando. Las temperaturas suben, las fuentes de agua son escasas, la fertilidad del suelo es baja y las sequías severas son comunes. Después de muchos años de desertificación, la rica biodiversidad de este país africano está amenazada y la sequía hace que sea cada vez más difícil luchar contra el hambre.Las tormentas de arena cada vez son más comunes en la capital de Sudán, Jartum. En pocas horas, pueden destruir aldeas y cultivos.
Esto no solo afecta la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible del país, sino que también afecta directamente a muchas familias.
Las tormentas de polvo -conocidas localmente como 'Haboob'- también se han incrementado en esta región. Moviéndose como un pesado muro, gigantesco, llevan arena y polvo y entierran a su paso las casas, aumentando la evaporación en una región que está luchando fuertemente por preservar sus fuentes de agua, así como erosionando valiosos suelos fértiles.
Los expertos aseguran que sin una intervención inmediata, varias partes de este país africano -uno de los más vulnerables del mundo- pueden volverse inhabitables como resultado del cambio climático.
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