En su libro de 2014, Nuestro universo matemático, el físico Max Tegmark afirma audazmente que "protones, átomos, moléculas, células y estrellas" son todos un "equipaje" redundante. Sólo el aparato matemático utilizado para describir el comportamiento de la materia es supuestamente real, no la materia misma.
Para Tegmark, el universo es un "conjunto de entidades abstractas con relaciones entre ellas", que "pueden describirse de forma independiente del equipaje", es decir, sin materia. Atribuye la existencia únicamente a las descripciones, mientras que niega incongruentemente lo que se describe en primer lugar. La materia es eliminada y sólo la información en sí misma es tomada como real en última instancia.
Comentario: Tegmark tiene razón sobre la importancia de la información, pero su formulación es el epítome de lo que está mal en la abstracción científica: la falacia de reificación o de la concreción fuera de lugar. Como escribió R.G. Collingwood en Speculum Mentis:
Porque hay que tener en cuenta que el concepto abstracto no es más que la estructura abstracta del mundo sensible, y por lo tanto si el concepto es el único real, el mundo en el que está estructurado será la mera apariencia y no la realidad, y por lo tanto el concepto será una clase cuyos componentes no son reales.
[...] Las matemáticas no son más que la afirmación del concepto abstracto, y no pueden darnos una explicación de las presuposiciones de esta afirmación. La lógica matemática es sólo la sombra de la ciencia misma. Es la verdad, pero la verdad sobre nada: es la descripción de la estructura de una clase nula. Por lo tanto, aunque las hipótesis de la ciencia empírica deben tener algún tipo de base categórica, no pueden encontrar esto en las matemáticas, que es la esencia misma destilada de la hipótesis misma. Lo abstracto no puede descansar sobre lo más abstracto, sino sólo sobre lo concreto.
Esta noción abstracta, llamada realismo de la información, es de carácter filosófico, pero ha estado asociada a la física desde su origen. Lo más famoso es que el realismo de la información es una base filosófica popular para la física digital. La motivación de esta asociación no es difícil de entender.
De hecho, según los atomistas griegos, si seguimos dividiendo las cosas en trozos cada vez más pequeños, al final quedarán partículas sólidas e indivisibles llamadas átomos, que se imaginan tan concretas que tienen incluso formas particulares. Sin embargo, a medida que progresaba nuestra comprensión de la física, nos hemos dado cuenta de que los átomos mismos se pueden dividir en trozos más pequeños, y aquellos en trozos más pequeños, y así sucesivamente, hasta que lo que queda carece totalmente de forma y solidez. En la parte inferior de la cadena de reducción física sólo hay entidades fantasmales y evasivas que denominamos "energía" y "campos"; herramientas conceptuales abstractas para describir la naturaleza, que a su vez parecen carecer de una esencia real y concreta.
Comentario: El artículo que acaban de leer fue discutido por los editores de Sott.net en uno de sus programas (en inglés), donde se habló de la investigación del autor de este artículo, el ingeniero informático Bernardo Kastrup, un hombre que ha dedicado una parte importante de su vida profesional a desarrollar una crítica robusta y exhaustiva de la cosmovisión materialista.
Durante siglos, el éxito extremo de las ciencias físicas ha dado credibilidad a la cosmovisión materialista. Sin embargo, el éxito de la empresa científica en su conjunto sigue revelando un mundo de inteligencia sorprendente que no puede ser explicado por los meros accidentes de la materia, sino que parece plausible sólo a la luz de una mente inteligente. Como escribe Kastrup, "Este universo mental es a lo que nos lleva la física". Estaremos discutiendo este universo mental, los problemas del materialismo y más en el siguiente programa: (en inglés)