Así, una investigación demostró que las personas que se despiertan anticipando que será un día estresante, pueden estar afectando negativamente su funcionamiento a nivel cognitivo por lo que resta del día; en otras palabras, cuando anticipamos situaciones difíciles, desmejoramos nuestras capacidades intelectuales.
De cierta forma, parece ser que el miedo a las situaciones difíciles es lo que crea las situaciones difíciles; es decir, de acuerdo a los resultados obtenidos, cuando anticipamos experiencias estresantes, a pesar de que no ocurran realmente, desviamos nuestros recursos de afrontamiento y limitamos nuestra capacidad de memoria.
Jinshill Hyum, de la Universidad Estatal de Pensilvania, un Psicólogo evolutivo que estuvo a cargo del estudio, expone:
"Las persona piensan y anticipan las cosas antes de que ocurran, lo que puede ser de ayuda a la hora de prepararnos o de prevenir ciertas situaciones, sin embargo, se ha encontrado que esta capacidad puede ser perjudicial para el funcionamiento cognitivo, especialmente de la memoria, en independencia de si las situaciones anticipadas ocurren o no".
Comentario: Una de las razones por las que la memoria, la atención y todas las capacidades cognitivas pueden verse afectadas por el estrés o la anticipación del estrés es a lo que Daniel Goleman llama "el secuestro de la amígdala", justamente porque ese área cerebral "secuestra" las funciones cognitivas para ponerlas al servicio de una respuesta instintiva o emocional ante el estrés. Esta función es útil cuando realmente debemos actuar rápidamente ante alguna amenaza, pero es contraproducente cuando esas "amenazas" son nuestras propias preocupaciones y anticipaciones. Además, como las respuestas rápidas implican la utilización de patrones preestablecidos, esto no propicia un pensamiento creativo o innovador, que requiere de esfuerzo y tiende a ser más lento; es decir, nuestra creatividad también es afectada por el estrés.
Hay muchas maneras de reducir el estrés, vea por ejemplo: Éiriú Eolas: Expansión del conocimiento