© ClarinTensión. Un soldadodispara alaire para dispersar a un grupo de manifestantes en la plaza Tahrir, en el corazón de El Cairo.
Apoyo clave del ejército a los manifestantes. Pese a que el presidente de Egipto cambió ayer su gabinete, la gente exige su renuncia. Convocaron para hoy a un paro general y una concentración de "un millón" de personas. Los militares dijeron que son "legítimos" los reclamos del pueblo.
El ruido ensordecedor de los helicópteros volando bajo tapaban por momentos los gritos y cantos de los manifestantes. Aquí, en la Plaza Tahrir, bien llamada ahora la "Plaza de la Liberación", epicentro en El Cairo de las protestas sin precedentes que desde hace siete días hacen tambalear al régimen de Hosni Mubarak, decenas de miles de manifestantes, jóvenes y ancianos, mujeres y niños, volvieron a burlar ayer el toque de queda reclamando la partida del Rais, al grito de "
cambio de régimen y no de rostros" .
A siete días del inicio de las manifestaciones, la oposición lanzó ayer el mayor desafío al gobierno de Mubarak. Llamó a una huelga general por tiempo indefinido y convocó para hoy a una manifestación con la que espera alcanzar el millón de participantes y cuyo epicentro será la plaza Tahrir.
Los egipcios esperaban ansiosos anoche que el Ejército, la institución más respetada en el país, se pronunciara claramente sobre las protestas. Y así fue: en un comunicado,
expresaron que las demandas de los manifestantes son "legítimas" y aseguraron que no utilizarían la fuerza para controlar las marchas.