Traducido por el equipo de SOTT.netCuando el Vesubio entró en erupción en el año 79 d.C., carbonizó un libro sobre los gobernantes que siguieron a Alejandro Magno. Ahora, el aprendizaje automático está descifrando el "libro perdido".
© Image courtesy Wikimedia, from an ancient mosaic in Pompeii, ItalyUn pergamino de 2.000 años de antigüedad sobre los gobernantes que siguieron a Alejandro Magno (en la imagen, en un mosaico) se está descifrando con aprendizaje automático.
Un "libro perdido" de 2.000 años de antigüedad sobre las dinastías que sucedieron a Alejandro Magno puede ser descifrado por fin casi dos milenios después de que el texto fuera parcialmente destruido por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. y, siglos más tarde, entregado a Napoleón Bonaparte.¿A qué se debe este avance? Los investigadores utilizan el aprendizaje automático, una rama de la inteligencia artificial, para discernir la tenue tinta del pergamino de papiro enrollado.
"Probablemente se trate de una obra perdida", declaró
Richard Janko, distinguido catedrático universitario de estudios clásicos Gerald F. Else de la Universidad de Michigan, durante una presentación en la reunión anual conjunta del Instituto Arqueológico de América y la Sociedad de Estudios Clásicos, celebrada en Nueva Orleans el mes pasado. La investigación aún no se ha publicado en una revista especializada.
Por ahora sólo pueden leerse pequeñas partes del texto, muy dañado. "Contiene los nombres de varias dinastías macedonias y generales de Alejandro", dijo Janko, señalando que también incluye "varias menciones del propio Alejandro". Tras la muerte de
Alejandro Magno en el 323 a.C., su imperio se desmoronó. El texto menciona a los generales macedonios Seleuco, que llegó a gobernar una gran cantidad de territorios en Oriente Próximo, y Casandro, que gobernó Grecia tras la muerte de Alejandro.
El libro perdido procede de la Villa de los Papiros de Herculano, ciudad que fue destruida junto con
Pompeya por la erupción del Vesubio a finales del primer milenio. La villa, llamada así por sus vastos rollos de papiros, contiene numerosos escritos del filósofo Filodemo (vivió entre el 110 a.C. y el 30 a.C.). Estos papiros se carbonizaron cuando el
volcán entró en erupción. En algún momento se encontró el texto, que fue entregado a
Napoleón Bonaparte en 1804. Este lo donó al Instituto de Francia en París, donde se ubica actualmente. En 1986, un intento de desenrollar el papiro provocó nuevos daños, según Janko.
Comentario: Ver también: Crannogs: Las islas artificiales neolíticas de Escocia dejan perplejos a los arqueólogos.