Los estadounidenses compran más productos rusos e incluso han levantado las sanciones a varias industrias de Rusia, indican análisis recientes. Algunas de las importaciones más demandadas son de fertilizantes, platino, piezas de motores turborreactores, madera contrachapada y titanio, entre otros.
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© Sputnik / Vitaly Timkiv
EEUU pide al mundo entero que imponga un bloqueo económico a Rusia y que detenga todo comercio. Ellos mismos también han impuesto numerosas sanciones. En particular, han prohibido el suministro de equipos de alta tecnología, por ejemplo, para la exploración y explotación de yacimientos petrolíferos en zonas de aguas profundas, en la plataforma ártica y en formaciones de esquisto.

La lista negra se actualiza constantemente. Por ejemplo, el 12 de agosto entra en vigor el embargo de uranio.

Sin embargo, la postura de Washington no es tan radical. En marzo, el volumen de comercio mutuo con Rusia fue de 471 millones de dólares, indica un análisis de los datos del Servicio Federal de Estadística realizado por la empresa de investigación WorldCity.

Las importaciones y exportaciones entre Rusia y EEUU

Los fertilizantes siguen siendo la mercancía más demandada: se compraron por 174 millones de dólares.
«La razón es el aumento del precio del gas. Muchos productores europeos de fertilizantes quebraron y cerraron instalaciones de producción. Como consecuencia, Rusia y Bielorrusia, que están bajo sanciones, se han convertido en los principales proveedores del mercado internacional», explica el fundador de la sociedad de inversiones SharesPro Denís Astáfiev.
Las importaciones de platino también aumentaron un 5,6%, hasta 93,7 millones de dólares. Las piezas de motores turborreactores se compraron 1,4 veces más, por 7,9 millones. La madera contrachapada se adquirió por 5,8 millones de dólares, el titanio por 5,6 millones de dólares, el cobalto, tras un año de pausa, se compró por un millón de dólares.

El metal es necesario para fabricar baterías de alta capacidad para teléfonos inteligentes y automóviles eléctricos.
«Estos productos actúan ahora como motor de la industria europea y estadounidense. Pero una parte importante del mercado de metales de tierras raras la ocupa China, que no está dispuesta a suministrar estos materiales estratégicos a EEUU. Por eso, Washington sigue cooperando con Rusia, aunque tenga que levantar sus propias sanciones», comenta la situación el profesor asociado del Departamento de Economía Nacional de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos Patrice Lumumba Serguéi Zainulin.
En cuanto a las exportaciones, se trata sobre todo de medicamentos, principalmente vacunas. Los envíos se duplicaron hasta los 11,4 millones de dólares.
«Obviamente, no merece la pena rechazar por el momento bienes tan vitales. Al mismo tiempo, es necesario buscar nuevos socios», señala el experto.
En marzo se enviaron a Rusia productos alimenticios por valor de ocho millones de dólares, equipos médicos por 3,2 millones, productos ortopédicos por valor de 1,6 millones y pulpa de madera por 1,4 millones.

¿Cuáles son las perspectivas de la futura cooperación económica entre Rusia y EEUU?

Los analistas coinciden en que Washington no está dispuesto a sacrificar los intereses financieros en favor de los geopolíticos, pero tampoco quiere perder su reputación.

"El embargo no puede evitarse, es un elemento de la política. Pero sigue existiendo la tarea empresarial, así como la cooperación estratégica, hay proyectos que se han iniciado, que deben continuar para el desarrollo del progreso científico y tecnológico de todo el planeta. Por lo tanto, el volumen de negocios crecerá lentamente. A veces disminuirá durante una crisis, a veces aumentará", continúa Astáfiev.

Zainulin, por su parte, cree que el comercio mutuo acabará poco a poco. Así lo confirman las estadísticas estadounidenses: las exportaciones cayeron un 41% y las importaciones un 55% (interanual en febrero).

No obstante, los expertos confían en que no será posible cerrar por completo las puertas del comercio, porque los lazos internacionales son demasiado fuertes en la economía moderna.