Traducido por el equipo de SOTT.net
Airburst
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Si quisiéramos pruebas de que un cometa gigante acabó con el mamut lanudo, podríamos buscar un cráter gigante.

Pero hasta ahora, no habríamos tenido suerte.

Algunos de nuestros críticos han dicho: «¿Dónde está el cráter?», explica Christopher Moore, arqueólogo de la Universidad de Carolina del Sur. «Por ahora, no tenemos cráter o cráteres».

Pero Moore dice que si se mira bajo la superficie, se pueden encontrar pruebas sólidas de la hipótesis del impacto del Dryas Reciente, que afirma que grandes fragmentos de cometas chocaron contra la Tierra o explotaron en la atmósfera poco después de la última era glacial, desencadenando cambios cataclísmicos en el entorno, con cráter o sin él.


Excavando más a fondo

La investigación de Moore consiste en excavar hasta las capas de suelo que habrían estado expuestas en el período del Dryas Reciente, hace unos 12.800 años, cuando el clima se enfrió repentinamente en el hemisferio norte. Analiza los minerales y artefactos encontrados en busca de «proxies» del impacto de un cometa: hallazgos que no son pruebas directas, pero que sí cuentan una historia.

En los núcleos de hielo de Groenlandia, Moore y otros han hallado niveles elevados de sustancias químicas, denominadas aerosoles de combustión, que indican que hubo un gran incendio prehistórico al principio del período climático del Dryas Reciente.

En yacimientos tan diversos como Siria y Carolina del Sur, ha encontrado platino, que es raro en el suelo terrestre pero abundante en los cometas.

También ha encontrado microscópicas bolas magnéticas de hierro llamadas «microesférulas», que apuntan a que algo arrojó hierro fundido a través del globo.

El último descubrimiento de Moore está relacionado con el «cuarzo fracturado por choque» hallado en tres yacimientos de Carolina del Sur, Maryland y Nueva Jersey. Estos pequeños granos minerales presentan grietas microscópicas en las que el cuarzo se transformó en sílice fundida. El hecho de encontrarlos tan distantes entre sí contribuye a la historia: El cuarzo no sufre una metamorfosis y vuela 500 millas sin que haya habido un impacto significativo.

«Es como poner 75 elefantes en una moneda de 25 centavos», dice Moore. «Es una tremenda cantidad de presión la que crea lo que estamos viendo».

La revista de Science Open, Airbursts and Cratering Impacts, publicó este mes de mayo el estudio de Moore sobre el cuarzo fracturado por choque.

Uno de los lugares de excavación de Moore para este estudio fue Flamingo Bay, un humedal poco profundo en el emplazamiento nuclear de Savannah River del Departamento de Energía. Otros lugares fueron Parsons Island (Maryland), en la bahía de Chesapeake, y Newtonville (Nueva Jersey), a unos 40 km tierra adentro de Atlantic City.

En los tres yacimientos, Moore encontró cuarzo fracturado por choque, platino y microesférulas más abundantes a profundidades que estuvieron expuestas en el periodo de tiempo del Dryas Reciente en comparación con las capas de suelo circundantes.

Es la primera vez que se encuentra cuarzo fracturado por choque a la profundidad del Dryas Reciente en varios yacimientos. Pero también es uno de los primeros estudios en buscar cuarzo fracturado por choque, afirma Moore, por lo que es posible que aparezcan muestras adicionales en estudios más generalizados.

¿Un cometa sin cráter?

Mammoth
© University of South CarolinaLa hipótesis del impacto del Younger Dryas afirma que fragmentos de un cometa chocaron contra la Tierra hace 12.800 años, desencadenando el cambio ambiental que acabó con el mamut lanudo.
Los hallazgos de Moore sugieren que un cometa chocó contra la Tierra, esparció minerales por todas partes y provocó un incendio masivo que podría haber consumido las plantas que comían los mamíferos gigantes, mientras que el humo de dicho incendio podría haber desencadenado un periodo de enfriamiento global.

«Sospecho que desempeñó un papel importante en la extinción de la megafauna», afirma Moore.

Pero esa historia plantea un par de preguntas.

La primera es la pregunta que se hacen tantos críticos del Dryas Reciente: ¿Dónde está el cráter?

Moore aún no descarta el cráter, pero también afirma que el cometa podría no haberlo dejado. Las simulaciones por ordenador han demostrado que un cometa podría explotar antes de golpear el suelo y generar una onda de choque que podría tener impactos de gran alcance sin dejar un cráter identificable, dice.

«Explotan en el aire antes de chocar contra el suelo, pero si están lo suficientemente bajos, la onda expansiva y el calor pueden golpear el suelo y fundir sedimentos, producir microesférulas y fracturar el cuarzo», dice Moore, describiendo la hipótesis.

Luego hay otra más existencial: Si un gran cometa chocó una vez contra nuestro planeta, ¿podría volver a ocurrir?

La respuesta es sí

Por eso los científicos buscan en el cielo objetos que puedan colisionar con la Tierra. Pero la caza de cometas de tipo Armagedón no es infalible. Desde 2001, los satélites militares han detectado más de 20 grandes meteoros que estallaron en la atmósfera con suficiente energía como para ser confundidos con una explosión nuclear.

Estos meteoros no detectados anteriormente estallaron en la atmósfera superior, demasiado lejos del suelo para causar daños, pero demasiado cerca como para ignorarlos.

«Estamos siendo impactados por estas cosas más de lo que la mayoría de la gente cree», afirma Moore. «Es sólo cuestión de tiempo antes de que tengamos algo como el impacto del Dryas Reciente».

Sin embargo, Moore no se pone nervioso. Estadísticamente hablando, la mayoría de los futuros impactos de meteoritos tendrían efectos locales de corta duración más que impactos globales a largo plazo, afirma. Pero merece la pena seguir investigando.

«Tenemos que pensar mucho más en cómo estos impactos pueden haber afectado a las sociedades humanas en el pasado», afirma.