El flujo de lava de un volcán activo de Islandia volvió a engullir el sábado 8 de junio una carretera que conduce a la ciudad costera de Grindavik y al popular balneario geotérmico Blue Lagoon, mientras las autoridades vigilan de cerca su trayectoria.
El volcán se había estabilizado tras la erupción del 29 de mayo, la quinta y más potente desde que el sistema volcánico se reactivó en diciembre tras 800 años.
Las autoridades que vigilan la colada de lava afirman que su avance es mucho más lento que en las dos erupciones anteriores.
El mismo tramo de carretera, a varios kilómetros de la ciudad, ya había sido arrasado en febrero y marzo de este año.
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