Traducido por el equipo de SOTT.net

Los analistas demócratas no parecen entender por qué el asalto legal sin cuartel contra el presidente Donald Trump no está funcionando. Se debe a que siguen hablando entre ellos y no con el pueblo estadounidense.
Biden
© The White House/Flickr/Wikimedia CommonsJoe Biden
El pueblo estadounidense no vive ni trabaja en la burbuja político-mediática-gubernamental de Nueva York-Washington. Si los periodistas y analistas escucharan a los estadounidenses, como hacemos en el Proyecto Nueva Mayoría de Estados Unidos, se darían cuenta de lo decisiva que es la elección entre el presidente Joe Biden o el presidente Trump. También verían lo difícil, si no imposible, que será para el presidente Biden ser fácilmente reelegido.

Los medios de propaganda están intentando centrar las elecciones en lo que consideran defectos del presidente Trump. Los demócratas, incluida la campaña de Biden, intentan centrar las elecciones en lo que consideran la amenaza que representa el presidente Trump.

Pero las elecciones de 2024 se reducirán en última instancia a una simple pregunta: ¿Puede el pueblo estadounidense permitirse cuatro años más de las políticas y principios de Biden?

Todos los problemas del presidente Trump tienen que ver con su propio comportamiento y actividades. Incluso los ataques legales totalmente falsos siguen encerrados en una cuestión centrada en Trump. Ningún estadounidense se ve perjudicado por las cosas que supuestamente ha hecho el presidente Trump. De hecho, pocos estadounidenses prestan atención a los extravagantes y manipulados ataques legales contra el presidente Trump.

La mayoría de los estadounidenses ven el caso contra Trump como una guerra política (lawfare). En todo caso, se sienten ofendidos por el asalto de la izquierda al Estado de Derecho y a la Constitución. Esta es la razón por la que la condena en el llamado juicio del dinero subrepticio provocó un enorme aumento de las contribuciones a la campaña de Trump. Lejos de huir del presidente Trump, los estadounidenses corrieron a defenderlo. Le veían como un campeón perseguido injustamente y se tomaron la condena como una advertencia directa de lo que podría ocurrirles a ellos.

Por el contrario, todos los problemas del presidente Biden afectan a los estadounidenses de a pie. La bidenflación sigue disparando unos precios ya de por sí elevados. Los gastos de guardería aumentaron un 4,1% el año pasado. Los padres jóvenes tienen que aceptar un tercer o cuarto empleo sólo para cubrir los gastos. Los precios de los alimentos obligan a los estadounidenses a tomar decisiones difíciles sobre cómo alimentar a sus familias. Los jóvenes no pueden permitirse comprar casas, lo que compensa con creces cualquier buena voluntad que Biden pudiera haber generado al condonar (ilegalmente) el pago de los préstamos estudiantiles.

Las políticas del presidente Biden están causando un verdadero dolor a millones de estadounidenses.

La política de fronteras abiertas de Biden permite a los delincuentes venezolanos ir a Nueva York y asesinar a policías. La política de fronteras abiertas de Biden permite que el fentanilo y otras drogas inunden nuestro país y envenenen nuestras comunidades. Cuando más de 100.000 estadounidenses al año mueren por sobredosis de drogas, es difícil preocuparse por cómo valoró Trump su apartamento o pagó a su abogado.

El estadounidense medio no puede permitirse los comestibles, la gasolina o la factura de la luz gracias a la Bidenflación. Los demócratas quieren que los estadounidenses se centren en estos ataques legales. Pero los estadounidenses están centrados en su propia supervivencia en la terrible economía que el presidente Biden y los demócratas han creado.

Para la élite demócrata, todo esto sigue siendo política. Para el pueblo estadounidense, se trata de sobrevivir.

Económicamente, las políticas destructivas de Biden encarecen la vida. Culturalmente, la gente está harta de los dictados radicales que denigran la libertad religiosa y pretenden adoctrinar a los niños contra la voluntad de sus padres. Por último, como cuestión de seguridad, los estadounidenses se dan cuenta de que Biden no tiene los conocimientos, la capacidad ni el ingenio para defender a nuestra nación contra nuestros adversarios.

La elección de 2024 no se trata de lo que piensen los medios del poder establecido. Se trata de la supervivencia de Estados Unidos.