El desacuerdo de EEUU e Israel con la decisión del fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, de solicitar una orden de arresto contra el primer ministro y el ministro de Defensa israelíes por su ofensiva en Gaza era predecible, asegura el escritor y académico Tim Anderson, director del Centro de Estudios Contrahegemónicos.
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"Ellos [Washington y Tel Aviv] se consideran naciones excepcionales que gozan de impunidad ante la ley, el derecho internacional no se aplica a ellos", dijo.

Estados Unidos solo se desacreditará si mantiene "esta postura contra la CPI", sugirió Anderson, señalando cómo en otras circunstancias -como, por ejemplo, la orden contra el presidente ruso Vladímir Putin, emitida por "motivos mucho más endebles de trasladar a los niños fuera de una zona de guerra"- Washington se ha mostrado "muy entusiasmado" con las acciones de la CPI.
"La acción de la CPI es particularmente importante porque hasta ahora, ha sido vista en gran medida como una herramienta de las potencias occidentales, Estados Unidos y los estados miembros de la OTAN", señala.
El movimiento de la CPI contra altos funcionarios del Gobierno israelípuede interpretarse como signo de un "declive de la influencia de Estados Unidos en la CPI y probablemente en otras instituciones internacionales", comentó Anderson.

"Estados Unidos, por supuesto, no ha firmado el estatuto y siempre ha exigido inmunidad para sus tropas cuando han entrado en otros países, en muchas docenas de otros países", afirma. "Así que nunca han considerado las leyes que se les aplican, ni a sus representantes, como la colonia israelí".


La medida de la CPI también afectará la influencia de Israel y su capacidad de "influir en otros estados", afirma Anderson.
"Particularmente los europeos se enfrentarán al desafío de cumplir con sus compromisos bajo el Estatuto de Roma, o intentar afirmar que los israelíes, al igual que Estados Unidos, tienen un estatus excepcional y que las leyes no se aplican a la colonia israelí", explicó.